La calle Sagunto antes de su urbanización (Archivo Histórico Provincial)
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La calle Sagunto, en el centro de la ciudad, es una de las relativamente modernas. Comenzó a tomar la configuración que ahora tiene cuando bien entrada la década de los cincuenta el Ayuntamiento procedió a la reordenación integral de la zona. Hasta entonces, la actual calle Sagunto y aledaños era un espacio sin urbanizar, de aspecto eminentemente rural. No hay que olvidar que en las traseras de Correos, oficialmente calle del Rey Sabio, se establecía cada jueves el mercado de cochinos por más que a diario sirviera de lugar de aparcamiento de los viejos autobuses que cubrían alguna de las líneas regulares de viajeros que operaban en la capital y, puntualmente, de actividades de la más diversa índole como pudiera ser, entre otras, el tradicional descansadero de merinas.
Sin entrar en detalles, la calle del Campo tampoco presentaba, ni mucho menos, el trazado actual. El entorno, en general, de la que en pocos años se convertiría en la moderna y emergente calle Sagunto, era poco más que un conjunto de pequeños inmuebles diseminados sin alejarse demasiado de las traseras de la plaza de toros. La taberna del Garrín, en la esquina de acá, la más próxima a la calle Ferial, y el almacén de la fábrica de harinas de Garray, al final de la única acera que había, orientada a la solana, eran la referencia. Al fondo, subiendo desde la plaza del Salvador, por detrás de Correos y del Museo Numantino, acababa de erigirse el moderno Parque de Bomberos que en la práctica supuso el traslado desde la sede de la Casa del Común en el Arco del Cuerno de la Plaza Mayor, pero aún continuaba en el entorno el herradero del Jacob, en parte de lo poco que quedaba del viejo Convento de las Concepciones, compartiendo sus instalaciones con la parada de sementales del ejército que cada año se establecía en Soria; el uso multidisciplinar, que se diría en la actualidad, de lo que en tiempos fue centro religioso, se extendía a las fiestas de San Juan porque durante su celebración las cuadrillas solían utilizar los locales resultantes para desarrollar las tareas propias de la ocasión.
En cualquier caso, la ciudad de Soria dio el nombre de Sagunto a una de sus calles céntricas a finales del mes de noviembre de 1953 en un pleno extraordinario de la corporación municipal que presidió el teniente de alcalde Narciso Fuentes López en ausencia del titular de la alcaldía Eusebio Fernández de Velasco, por enfermedad. Pleno que si se atiene uno al titular del periódico, la denominación de la calle Sagunto fue el tema estelar.
Sea como fuere, el caso es que el Gobernador Civil [Luis López Pando] había remitido al ayuntamiento “un oficio enviado por el ayuntamiento de Sagunto en el que figura el agradecimiento de aquella Corporación y ciudad hacia los jóvenes de las Falanges Juveniles sorianas por el homenaje realizado recientemente (situados en noviembre de 1953) al transportar una piedra y cenizas de la histórica Numancia y se da cuenta del acuerdo tomando por la Corporación saguntina de rotular con el nombre de Numancia a una calle de aquella ciudad”. Como consecuencia la presidencia de la corporación municipal soriana propuso que “conste en acta el agradecimiento del Ayuntamiento por las atenciones dispensadas a los jóvenes sorianos, así como se dé el nombre de Sagunto a una calle de la capital. Así se acuerda por unanimidad”, concluía la referencia del medio de información oficialista, o sea Campo Soriano.
Esto es lo que se dijo. Sin embargo, el origen parece ser que estuvo en la intermediación de dos conocidos sorianos destinados como funcionarios en la ciudad valenciana que fueron los que propiciaron el hermanamiento, intercambio o acercamiento al socaire de las afinidades que se dijo existían entre Sagunto y Numancia.