Palacio de los Condes de Gómara, emblema de la arquitectura civil soriana (Archivo Histórico Provincial)
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Ubicado en la céntrica calle Aguirre es sin duda el monumento más representativo de la arquitectura civil soriana. Desde hace ya unos cuantos años alberga la práctica totalidad de las dependencias de la administración de justicia, remodeladas últimamente. Es, en definitiva, el Palacio de Justicia, aunque en la práctica casi nadie lo llame así pues para los sorianos sigue siendo el Palacio de los Condes de Gómara.
Hasta la ubicación en él la Audiencia, la Fiscalía y los Juzgados aquello había sido un verdadero cajón de sastre. Sus estancias tuvieron los más diversos usos y se ejercieron en ellas las más curiosas y dispares actividades, incluso en momentos puntuales bailes de sociedad y concursos de misses en el patio central. El edificio, declarado monumento nacional en 1949, era entonces de propiedad privada y mostrabas un evidente y progresivo estado de deterioro.
Fua al final de los años cincuenta y comienzo de los sesenta del pasado siglo XX cuando uno de los ayuntamientos decidió adquirirlo. Se dijo que la operación supuso a las arcas municipales alrededor de cinco millones de pesetas (treinta mil euros), y puede que no llegara. Una de las primeras ideas que se manejó para dar utilidad al edificio fue la de trasladar allí la sede del ayuntamiento o cuando menos las dependencias administrativas, pues las de en aquella época Plaza del Generalísimo (Plaza Mayor) eran una especie de cuchitril en las que malamente se podía trabajar a diario y prestar la función pública que demandaban los ciudadanos.
Por entonces, las dependencias judiciales, incluida la prisión, ocupaban el viejo Palacio de la Audiencia. Sus instalaciones estaban todavía en peores condiciones que las del ayuntamiento; eran una porquería. Pedían a gritos otras. De ahí, que el consistorio ofreciera al Ministerio de Justicia el Palacio de los Condes de Gómara. A partir de entonces el palacio que hizo construir a fines del siglo XVI don Francisco López del Río y Salcedo iba a tener un uso muy bien diferente del que hasta entonces había tenido.
Porque, en efecto, y por lo que uno alcanza a recordar, en él habían estado en su última etapa las oficinas de la Delegación de Hacienda, antes de que fueran trasladadas a su actual ubicación de la calle Caballeros. Locales que posteriormente ocupó la Jefatura Provincial del Movimiento y en su planta más alta, la querida y entrañable Radio Soria. Otra buena parte del inmueble estaba destinado a los hogares juveniles de la Falange; en lo que hoy es la Audiencia Provincial, su sala de vistas y alguna otra dependencia próxima, funcionaba el malamente instalado sindicato vertical, y no faltaban tampoco modestas viviendas de particulares.
Pero la capacidad del edificio no se agotaba ahí. Pues los patios de la parte trasera servían de cancha polideportiva a los afiliados a Juventudes y en los bajos de la fachada principal, lo que fueron las antiguas caballerizas, cabían desde el cine Proyecciones -aquel al que iban los chicos a las sesiones de las cuatro menos cuarto los domingos de invierno- hasta la administración de los coches de línea de Almajano, Magaña y El Valle. Sin olvidar el Banco Español de Crédito, el bar Silencio, que puede que fuera el último en abandonar el palacio para trasladarse a su actual ubicación de la calle Puertas de Pro, y una agencia de transportes que durante algunos años vino funcionando en el local del rincón, hoy transformado en una moderna tienda de ropa «pret a porter», y… ¡un antiguo criadero de champiñón!.