EL TRINQUETE

El trinquete estuvo ubicado en el número 12 de la calle Zapateria (Foto: Página web Desde Soria)

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Este viernes, 10 de diciembre de 2021, el alcalde Carlos Martínez ha anunciado  en el pleno sobre el estado del municipio la rehabilitación del histórico Trinquete, o lo que es lo mismo, de la casa número 12 de la calle Zapatería. Un edificio que dado el lamentable estado de conservación en que se encuentra si llama la atención es especialmente por eso, por el aspecto indecoroso que presenta en pleno de lo que hoy se conoce como Casco Viejo.

Con este motivo están circulando infinidad de comentarios acerca de los diversos usos que tuvo, que fueron varios, e incluso en un alarde de provocación se reta a los internautas a que dejen constancia de su presencia dentro de la instalación en algún momento de su larga vida y se cuenten detalles de su disposición interior, que dada la trayectoria desde su cierre todo hace suponer –más bien podría asegurarse sin posibilidad de error- que continúa exactamente igual. Es decir, la de frontón para al juego de la pelota a mano, que es lo que fue, con independencia de que su última etapa, la más reciente antes de su cierre, se destinara a sala de baile, por cierto muy concurrida en los años del tardofranquismo.

Situados en la época de funcionamiento del trinquete como frontón no conviene perder de vista que en la ciudad no existía más cancha para jugar a la pelota mano que la del San Andrés, donde se encuentra hoy, aunque obviamente muy remodelada. Por eso, quienes en la época se dedicaban de manera habitual a la práctica de este deporte utilizaban el trinquete de la calle Zapatería. Una instalación viejísima ya en los años cuarenta del siglo pasado al frente de la cual estaban Saturio Martín Brieva, “Saturio, el del trinquete” en el lenguaje coloquial de los sorianos de entonces.

El local contaba con un amplísimo zaguán desde el que al final se podía acceder directamente a la cancha, situada a la derecha entrando, es decir, orientada al este. Asimismo, al final del destartalado y sucio recibidor –como en realidad toda la instalación- se encontraba el acceso a las gradas, con dos pisos, creo recordar, orientadas al frontis y en un plano lógicamente superior, de manera que desde allí se tenía una visión perfecta y podía asistirse de manera segura al desarrollo de los partidos que solían jugarse sobre todo los domingos por la mañana por los mejores pelotaris sorianos de la época: Jesús, Martín y otros muchos, casi todos hace años –otros no tanto- desaparecidos..

En todo caso, y eso sí que no se ha dicho aunque en la época era bien sabido, el trinquete también fue en los duros años de la Dictadura lugar de encuentro de conocidos opositores al Régimen de Franco, al que de vez en cuando solía acudir la Policía por más que los conspiradores no ocasionaran el más mínimo problema. Pero debía tener información actualizada de quiénes se movían por allí.