La Policía Municipal formada ante su sede de la calle Rabanera, hoy San Juan de Rabanera (Archivo Histórico Provincial)
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Hubo un momento en el que el cuerpo de la entonces Policía Municipal sufrió un cambio cualitativo y cuantitativo importante pues al tiempo que se rejuvenecía e incrementaba el número de efectivos de la plantilla el ayuntamiento ponía a disposición de este colectivo los conocimientos y la experiencia de un guardia urbano de Madrid, del que llamó especialmente la atención su particular manera de regular el tráfico pero sobre todo los que se entendían como exagerados ademanes, que durante una temporada se desplazó a Soria para instruir a los agentes locales, al tiempo que recibían clases de francés; eran los primeros años sesenta del pasado siglo XX.
Hacía ya años –en 1948- que el cuerpo de serenos se había fusionado con la Policía Municipal o Urbana, como se prefiera, lo que quiere decir que la plantilla había experimentado un incremento notable. La Policía Urbana, con esta denominación aparece en el directorio de la Guía de la Ciudad editada en el año 1946 por el Ayuntamiento de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Soria, tenía su sede en la calle de Rabanera (hoy San Juan de Rabanera), en las traseras del viejo y destartalado caserón ocupado en buena parte por la Jefatura de Obras Públicas ubicado en la calle de la Diputación, donde se levanta la sede central de la Caja Rural. El ensanche de la zona entre la plaza de Ramón y Cajal o de la Leña y la del Generalísimo (plaza Mayor) a lo largo de la plaza del Olivo y las calles de Caballeros, Rabanera y las Fuentes no solo no se llevó por delante parte de la casona y con ella las instalaciones municipales sino también el muro del jardín posterior del Banco de España en el desarrollo de uno de los proyectos urbanísticos más ambiciosos acometidos en la ciudad en la segunda mitad del siglo pasado, una actuación, situados en el momento presente, comparable a la de peatonalización del centro urbano que lleva tiempo emprendiendo el gobierno municipal socialista. Lo cierto es que la Policía Urbana se vio en la necesidad de trasladar sus dependencias a los bajos de la Casa del Común, en el Arco del Cuerno, una especie de edificio multiusos porque no en balde en sucesivas etapas había sido sede del Peso, más tarde del Parque de Bomberos cuando no de la Biblioteca Pública en los pisos superiores, e incluso la planta baja llegó a ser utilizada como local de ensayos de la Banda Municipal de Música hasta su rehabilitación para darle el uso de Archivo Municipal que tiene. Un nuevo traslado de la Policía Municipal le llevaría temporalmente al edificio de la Casa Consistorial para terminar recalando en la ubicación actual de la calle Obispo Agustín, donde estuvo el matadero municipal, a cuyas reconstruidas estancias se trasladó el arco del convento de las Concepciones una vez desmontado el lienzo que quedaba en pie junto a la plaza de toros.