LA BÁSCULA MUNICIPAL

Un camión en la plataforma de la báscula municipal cuando estuvo en la plaza de toros

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Antaño, en Soria, a la calle denominada hoy Arco del Cuerno, se la conoció como del Peso al encontrarse instalada en ella la llamada Casa del Peso, en la actualidad sede del Archivo Municipal, que no era sino el lugar de verificación de las romanas y pesas utilizadas en las transacciones comerciales del mercado del Trigo que, por aquel entonces, tenía lugar en la Plaza Mayor.

Por lo que contaban los más mayores tuvo que ser un local amplio pues a comienzos del siglo pasado fue utilizada como improvisada sala de cine ya que la ciudad no disponía de un local público adecuado. Aún más, en los años treinta el viejo caserón llegó a albergar al mismo tiempo varias dependencias municipales, de tal manera que la Casa del Peso compartió espacio en la planta baja con la policía local y el parque de bomberos, mientras que en los pisos superiores se ubicaba la Biblioteca Pública. Y si bien hacía años que la Casa del Peso había perdido las competencias que tenía y, en definitiva, quedado vacía de contenido, no falta quien recuerda que todavía al comienzo de los ochenta era el lugar en que el ayuntamiento llevaba a cabo las labores del alistamiento de los mozos sorianos que entraban en quintas como paso previo a la incorporación al servicio militar.

Fue mediada la década de los cuarenta cuando se supo por la prensa local que “se están ultimando los trabajos para instalar la báscula municipal que hasta ahora funciona en el llamado Rastro (en las Concepciones) en el fielato de la avenida de Valladolid, hasta que una vez resueltos los trámites pertinentes quede definitivamente instalada en el fielato de Madrid”, ubicado poco antes de llegar a la Estación Vieja, saliendo de la ciudad.

La báscula municipal tenía naturaleza de precio público por tratarse de la prestación de un servicio o la realización de actividades de la competencia del ayuntamiento. Atendida por funcionarios “consumeros”, cuya figura está asociada indisolublemente a la época, se utilizaba para el pesaje de los camiones de transporte que llegaban diariamente a la ciudad para traer o llevar las más diversas mercancías: madera, piensos, frutas, hortalizas, ganado (incluso los toros que se traían tanto da que fueran destinados a los festejos mayores como para la Saca, antes de desembarcarlos en Valonsadero, y la lidia del Viernes de Toros), etc., de manera que se pesaba el camión con la carga y, una vez liberado de ésta, vacío, se obtenían los kilos del porte.

De modo, que durante algún tiempo –no mucho, ciertamente- la báscula municipal estuvo en servicio en el citado enclave de las Concepciones, o lo que es lo mismo, en las traseras del actual Centro Comercial del Espolón, por más que sin tardar hubiera necesidad de trasladarla habida cuenta de que se iba a construir allí el parque de bomberos y comenzara a urbanizarse la zona.

Así es que con las mismas la báscula municipal fue trasladada a la nueva ubicación en la confluencia del Espolón y las calles San Benito, Mosquera de Barnuevo y la avenida de Valladolid, delante de la conocida en la Soria de la época como la casa del “blusas”, donde su instalación tampoco es que se prolongara demasiado en el tiempo porque el ensanche de la capital por esa zona no tardó en aconsejar de nuevo la mudanza junto a la plaza de toros, en la calle Venerable Palafox, donde permaneció hasta que fue retirada rozando ya el final de los años noventa. La caseta del fiel se habilitó más tarde como taquilla –ahí sigue- para despachar las localidades de las corridas de toros.