El Banco de España y su entorno en una imagen de los años sesenta (Archivo Histórico Provincial)
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Ante lo irreversible, y de manera paralela, la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda solicitaba del ayuntamiento de Soria en mayo de 2016 que la licencia de doble uso del edificio otorgada en inicialmente para uso administrativo y cultural se transformara en una de uso exclusivamente administrativo. Comenzaba, de este modo, un nuevo capítulo con réplicas y contrarréplicas porque según los representantes de la Administración del Estado en la provincia el ayuntamiento estaba demorando la concesión de la licencia en tanto que desde el consistorio esgrimía el socorrido argumento técnico de que el expediente seguía el procedimiento establecido por la ley sin renunciar, eso sí, a la consabida reivindicación del uso cultural del inmueble.
Por fin, en los primeros días del mes de febrero de 2018 el ayuntamiento otorgaba la tan esperada licencia municipal que posibilitaba retomar las obras de acondicionamiento del edificio del Banco de España, en el que parecía no tener vuelta atrás la ubicación de la Subdelegación del Gobierno, con lo que la idea que se venía manejando desde 2011 para que fuera sede del Centro Nacional de Fotografía y del Catastro quedaban definitivamente aparcadas.
Pero erre que erre, el ayuntamiento continuaba a lo suyo. En estas que el 1 de junio de 2018 el gobierno de la Nación pasa a manos socialistas al ganar Pedro Sánchez la moción de censura contra Mariano Rajoy (PP). De modo que el escenario, a partir de ahora, va a ser diferente. Tan diferente que a las pocas semanas –ya en septiembre-, con nuevo gobierno, el alcalde Carlos Martínez revela la reunión que acababa de mantener con representantes del Ministerio de Cultura para analizar los posibles usos que permitan recuperar el propósito inicial con el que en 2011 se adjudicó la obra de rehabilitación del edificio del Banco de España, descartando desde el primer momento el último destino manejado, en el que a mayor abundamiento se venía trabajando para que, como se ha dicho, lo ocupara la Subdelegación del Gobierno.
Lo cierto es que entre pitos y flautas –permítase la expresión coloquial- nos hemos plantado como el que no quiere la cosa en el mes de noviembre de 2018. Habían transcurrido ya dieciséis años desde la supresión efectiva de la sucursal del Banco de España y el edificio, tras vueltas y más revueltas, ahí andaba: muerto de risa. Y lo que es más importante, sin saber qué hace con él.
El asunto `parecía encontrarse en estado de latencia cuando un buen día de noviembre de 2018 el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, visita Berlanga de Duero, de donde es originaria la Delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, que le acompañó en la visita, y además de hablar de la apertura de la nueva prisión, junto al barrio de Las Casas –asunto recurrente en aquel momento-, sorprende con el anuncio de la construcción de una nueva Comisaría de Policía, de la que todo hay que decirlo se venía hablando desde hacía tiempo y se tenía la impresión de encontrarse en punto muerto. La intervención del alto representante ministerial descartaba de plano el traslado de las dependencias policiales al edificio de la Subdelegación del Gobierno una vez acomodada esta en el edificio del Banco de España, según la conocida y reiterada pretensión del Gobierno del Partido Popular.
Y apenas un par de meses después, a mediados de enero de 2019, era el Ministro de Cultura del gobierno socialista, José Guirao, el que asiste a la inauguración de los Cines Mercado y confirma el uso cultural del Banco de España, a cuyo fin se trabaja –dijo- en la idea de convertirlo en un Centro de Cultura y Territorio sobre la despoblación, “que intentará buscar soluciones, proyectar y promover debates en torno a este problema tan grave que hay en España”, señaló textualmente.
De modo, que sin quererlo, llegan las elecciones municipales de finales de mayo de 2019, en cuya campaña electoral el candidato del Partido Socialista a la alcaldía de la ciudad, Carlos Martínez, sigue abogando por que el edificio de la banca estatal tenga uso cultural basado en una oferta dinámica con actividades de “primer nivel”, que roten: conciertos, teatro, exposiciones y danza, entre otras. El modelo a seguir, dijo entonces el candidato a revalidar el mandato al frente de la alcaldía, es el de la Casa Encendida, un punto de encuentro social y creativo en la capital de España, cuyas actividades las genera Acción Cultural Española a través del Gobierno de España. El objetivo es, en fin, que el inmueble una vez remodelado entre a formar parte del mismo circuito que posibilite el desarrollo de una programación anual de manera estable.
Silencio de nuevo hasta que año y medio después vuelve a saltar el asunto a la palestra. Era uno los últimos días del mes de octubre de 2020 cuando el alcalde dice que el Ministerio de Cultura está conforme con que el edificio del Banco de España se convierta en un espacio cultural replicando el modelo de la aludida Casa Encendida de Madrid (un espacio abierto y dinámico, para todos los públicos, donde conviven algunas de las expresiones artísticas más vanguardistas con actividades educativas, de reflexión y de debate, que giran en torno a sus cuatro áreas de actuación: Cultura, Solidaridad, Medio Ambiente y Educación). Es decir, un inmueble destinado a actividades culturales como exposiciones o representaciones y otros enfocados a la creación cultural de iniciativas que luego puedan trasladarse a ciudades intermedias y pequeñas.