El Calaverón, desde Los Pajaritos (Joaquín Alcalde)
______
El barrio del Calaverón es uno de los más poblados del centro de la ciudad y una verdadera sinrazón -entonces y hoy- de lo que tradicionalmente ha venido entendiéndose por urbanismo.
El primer Plan General de Urbanismo de la Ciudad fue el de 1948. Le siguió el de 1961, que estuvo en vigor hasta 1994. Pues bien, en el largo periodo comprendido entre 1948 y 1962, en que se funcionó a base de “parcheos”, o sea modificaciones parciales o como técnicamente se llamen, con las consecuencias de todos conocidas, fue cuando se configuró el Barrio del Calaverón por más que tuviera prolongación en los coletazos que se han extendido hasta nuestros días, ahora sí dentro de la legalidad urbanística, con la que podrá estarse más o menos de acuerdo.
Los primeros pasos para la urbanización del Barrio del Calaverón hay que situarlos en el final de la década de los cincuenta cuando el ayuntamiento acordó ordenar la zona en torno al sanatorio “18 de Julio”, en la calle Bodas Reales, si bien es cierto que unos años antes –al comienzo de los cuarenta- otra corporación había acordado de la mano de la Diputación Provincial la parcelación y urbanización de los terrenos de Santa Clara y las traseras del Palacio Provincial, donde, por resumir, ésta construyó un grupo de viviendas para sus funcionarios.
¿Pero de dónde le viene al barrio el nombre de Calaverón? Es una muy buena pregunta que nadie es capaz de resolver. Pues, en efecto, son varias las teorías que se manejan producto, sin duda, de una interpretación marcadamente localista. La más reciente, con razonamientos desde su punto de vista lógicos, la aporta el investigador y estudioso José Ignacio Esteban Jáuregui, quien argumenta producto de lo que conoce y de su experiencia, pero eso sí sin soporte documental alguno, como él mismo se apresura a dejar constancia para evitar cualquier mal entendido, que el Calaverón era una zona de cultivo de los Heros, por lo que no le extrañaría nada que tuviera relación con su forma, lo mismo que ocurre con la denominación de otros parajes que por lo general suelen responder a determinadas particularidades del terreno. De modo que el nombre de Calaverón pudiera hacer mención a alguna pequeña elevación “pelada” o rocosa que surgiera en la zona, observando que hubo otro Calaverón saliendo por la puerta de Nájera, del mismo modo que el topónimo “Los Calaverones” es relativamente frecuente y algunos autores los relacionan con lugares donde se echaba a los animales muertos, que en el caso que nos ocupa –subraya Jáuregui- no parecen tener una relación apropiada para los dos Calaverones capitalinos mencionados, por estar situados en terrenos que se sembraban.
En todo caso, el propio Jáuregui señala que el topónimo Calaverón se documenta ya en 1605 “en el pago de los Heros donde dicen “El Calaverón” y que, por ejemplo, en 1618 se dice que el beneficio curado de la iglesia de Cinco Villas tenía una pieza de tierra saliendo por la puerta de Nájera «a la mano derecha que llaman el Calaverón».
Por otra parte, dice que en un apeo de tierras en 1701 consta «en el término de esta ciudad y Heros de ella, encima del Cañuelo, una pieza de tres yubadas CON SU CALAVERÓN y cercada de ribazo con una llave que hace a la parte de abajo contra un bancal de tierra», además de «otra pieza donde dicen lo alto del Royo de las Casas, de dos yubadas que tiene por aledaños /…/ por la parte de solano UN CALAVERÓN y el camino real que se va a Garray, a cierzo descabeza en un cerro yermo, y por la parte de regañón otro cerro yermo.»
En un apeo posterior de tierras de 1783 queda constancia de «una pieza de tierra en término de esta ciudad donde dicen La Coronilla junto a la Puerta Nueva» y «otra pieza de tierra en donde dicen EL CALAVERÓN detrás de la muralla de Santa Clara de esta ciudad que sale por cierzo del camino que va desde la Puerta Nueva a la de Valobos». Por lo que parece, cree Jáuregui, que el topónimo La Coronilla pudiera estar relacionado con El Calaverón.
Y más tarde, en 1854, se señala que Santiago Ramón, del barrio de Las Casas, ha cerrado un herreñal «en el sitio que llaman Los Calaverones //…// tomando ciento cuarenta y cuatro varas cuadradas de terreno del Cordel servidumbre pública de la ganadería». Calaverones, según Jáuregui, que se pudieran corresponder con El Calaverón citado en 1701 en el Royo de Las Casas
En este sentido, y como conclusión, puede verse cómo CALAVERÓN era algo más que el paraje que dio nombre al barrio.
Pero hay más. Para algunos profesionales de la agricultura, conocedores del mundo agrario, cuando se habla de calaverón se está refiriendo a una calva, un terreno pelado, sin árboles, que en algunos pueblos de la geografía provincial soriana son zonas de riscas con no mucha tierra vegetal, y en caso de haberla con poca profundidad. Una aportación más que puede arrojar algo de luz a por qué recibe el nombre de Calaverón este barrio de la ciudad.