Edificio de la Biblioteca Pública en una imagen de diciembre de 2020 (Joaquín Alcalde)
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Desde que el rey Alfonso XIII lo instituyera, se viene celebrando en la ciudad el Día del Libro, antaño con la denominación de Fiesta del Libro, bien es cierto que con actos que más bien poco o nada tengan que ver con los de entonces, aunque el espíritu siga siendo el mismo.
Situados en los años de la posguerra se programaban una serie de actos que solían desarrollarse en sesiones de mañana y tarde en el salón de sesiones del ayuntamiento, como ocurrió en 1939, el Año de la Victoria, en el que en la matinal se dictó una conferencia a cargo de uno de los catedráticos de Literatura del Instituto Nacional de Enseñanza Media, el único que había, en la actualidad “Antonio Machado”, a la que asistieron las autoridades civiles, militares y del Movimiento, el Claustro y alumnos del Centro, bajo la presidencia del Gobernador Militar. Y por la tarde continuó la programación prácticamente con el mismo auditorio y ceremonial. La parte más académica de la jornada se completó con la ubicación en diferentes puntos de la ciudad de mesas petitorias atendidas por camaradas (sic) de la Sección Femenina para la recogida de libros con destino a “la lectura del soldado”.
Con el paso de los años varió el protocolo de tal manera que el escenario de la celebración pasó a ser el Instituto de Segunda Enseñanza y con el paso del tiempo a la Biblioteca Pública, instalada ya en Nicolás Rabal (Doctor Fleming, cuando comenzó a prestar servicio). Antes, se oficiaba la santa misa, primero en la iglesia de Santo Domingo, más tarde en otras de la ciudad –San Juan de Rabanera, de los Franciscanos, La Mayor… y en alguna ocasión también en la ermita de San Saturio-, terminada la cual los actos se trasladaban al salón de actos del Instituto, donde el Director de la Biblioteca Pública daba lectura a la Memoria anual de este centro, para continuar con una conferencia a cargo de uno de los profesores del Instituto o del abad de la colegiata, Santiago Gómez Santa Cruz. El Gobernador Civil de turno tenía por costumbre presidir los actos.
Celebraciones con motivo de la Fiesta del Libro tenían lugar también en la Escuela de Magisterio y en el Colegio del Sagrado Corazón.
Excelente artículo histórico, le felicito sobretodo por la definición del 1939 como «Año de la Victoria» aunque en justicia también es igual de válido y acertado como «Año de la Derrota»; cada uno/a lo definirá a sumanera
Muchas gracias por el elogio. En todo caso lo de 1939 como «Año de la Victoria» está tomado del titular del periódico local «Labor», Órgano de Falange Española Tradicionalista y de las JONS (que debí citar), que se editaba en la ciudad.