Cartel anunciador de las Fiestas de San Juan de 1961 (Colección Asociación Cultural «Nuestras Fiestas de San Juan)
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Aunque más de uno quizá no se haya detenido a pensarlo, lo cierto es que estamos ante en la cuenta atrás de las celebraciones sanjuaneras. Porque, en efecto, este último sábado de abril, se procede al nombramiento de los Jurados con la parafernalia prevista en la Ordenanza Municipal, por más que a estas alturas se trate de un acto rutinario, pues de hecho los alcaldes de barrio ya llevan unas cuantas semanas ejerciendo como tales, pero del que, no obstante, nadie quiere prescindir al tiempo que sirve de recordatorio de lo que se avecina y pone a punto la maquinaria de las fiestas, que tendrán una semana después la primera gran cita vecinal con el festejo del Catapán. Los preliminares sanjuaneros se advierten también en el desarrollo de otros hábitos más modernos, entre ellos la exposición, precisamente estos días, de los carteles presentados al concurso que con puntualidad convoca el ayuntamiento aunque acaso más tarde de lo recomendable para que pudiera difundirse el trabajo premiado con bastante más antelación de la que se hace. Sin pretenderlo, porque históricamente tampoco es que las sucesivas corporaciones municipales salvo en algún momento concreto hayan mostrado un especial entusiasmo en el empeño –al contrario, casi siempre se ha despachado como un trámite más-, el cartel anunciador de las Fiestas de San Juan ha terminado por convertirse, pese a todo, en otra de las referencias ineludibles de la que a estas alturas difícilmente podría prescindirse, por más que varias décadas después sean demasiados los interrogantes que no han encontrado respuesta en torno a esta figura que pretende la divulgación festiva hasta el punto de desconocerse su origen y cuando menos la fecha, siquiera aproximada, en que se comenzó con la práctica porque, hasta donde se conoce, tampoco se ha detectado un interés especial a la hora de profundizar en el conocimiento de una materia novedosa, y por tanto atractiva, que merecería, sin duda, la pena estudiar. Que se sepa uno, de los contados trabajos, sino el único, emprendidos hasta ahora lo ha llevado a cabo el activo colectivo Nuestras Fiestas de San Juan en el marco de un plan ambicioso con el objetivo de recopilar de todo el material posible –cancioneros, música, los objetos más diversos, etc.- que guarde algún tipo de relación con estos ancestrales festejos. El cartel anunciador oficial siempre ha sido uno de los empeños.
Pues bien, después de todo, la realidad es que según lo estudiado hasta ahora no está lo suficientemente claro el año en que empezaron a anunciarse las fiestas de San Juan mediante un cartel oficial, por otra parte, una costumbre relativamente moderna que algunos estudiosos relacionan con las innovaciones que pretendió imponer el Gobernador López Pando en los primeros años cincuenta. A lo más que se llegaba entonces era a la edición de una especie de guía publicitaria que incluía el programa oficial de fiestas y un cartel anunciador, todo por iniciativa de una de las agencias de publicidad establecidas en la capital. Según el aludido trabajo del grupo Nuestras Fiestas de San Juan es al final de la década de los cuarenta cuando aparece la primera referencia en la prensa local acerca de un cartel divulgador de los sanjuanes realizado por el dibujante Sanz del Poyo, a la sazón, empleado municipal, pero no es hasta diez años más tarde, al filo de los sesenta, cuando existe constancia fehaciente de que el ayuntamiento que presidía del abogado Alberto Heras Hercilla encarga el diseño al publicista soriano Saturio Ugarte del Río, que lo hace de manera consecutiva durante varios años. Es en 1962 cuando, según todos los indicios, la corporación municipal al frente de la cual seguía estando Heras Hercilla, anunció por primera vez la confección mediante concurso del cartel oficial, que ganó el también dibujante soriano Ezequiel Villanueva. En esta etapa inicial fue habitual que los reclamos oficiales anunciadores de las fiestas de San Juan llevaran la firma bien de reconocidos pintores locales o del fotógrafo Lafuente Caloto –que solía trabajar para el creador, Ugarte Publicidad-, una práctica que, con contadas excepciones, vino produciéndose hasta prácticamente el final de los noventa. De manera que, sin pretender ser exhaustivos, junto a los ya citados les cabe asimismo el honor de haber firmado aquellos años –alguno en más de una ocasión- el cartel oficial de los sanjuanes a los igualmente artistas sorianos Francisco de Gracia, José Andrés Diago, José Mari Herrero, Antonio Lenguas, Antonio Morales, Javier Arribas y Paco Castro, entre otros, cuya autoría está confirmada.