LA FACHADA DE LA CÁRCEL VIEJA

 

Fachada de la cárcel vieja en una imagen de finales del mes de mayo de 2023 (Joaquín Alcalde)

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De la reversión a la ciudad de los terrenos que ocupa la vieja prisión en la calle Las Casas se ha viene hablando desde el momento que se conoció la decisión de construir la nueva, la ubicada en el paraje de La Laguna, cerca del barrio de Las Casas, o lo que es lo mismo, en 2007, nada más celebrarse las elecciones municipales. Fue una filtración interesada en plena negociación política para constituir el nuevo Ayuntamiento que no consiguió el propósito por el que se dio a conocer

Entonces, el ambiente estaba enrarecido a consecuencia de la ubicación de un nuevo centro penitenciario, aunque el debate, con algún que otro pico de efervescencia, finalmente no fuera más allá de lo testimonial, pues desde el primer momento el alcalde de la ciudad –que lo sigue siendo- salió a la palestra para apoyar las bondades del proyecto y, sobre todo, afirmar el propósito del municipio de recuperar los terrenos cedidos en su día a la Administración de Justicia y dedicarlos a uso de equipamiento social. Esta idea ha sido la más escuchada desde entonces por más que en los últimos tiempos, con el inmueble ya desocupado, se haya precisado más y manejado la posibilidad de construir en el solar un recinto ferial, por cierto, la asignatura pendiente de la ciudad desde hace un montón de años tras el proyecto fallido del Polígono de Las Casas, del que se desistió, con los pabellones ya construidos, considerando que en aquel momento había que dar prioridad a necesidades de índole industrial que no cabía posponer.

Sea como fuere, si la reversión al municipio de los terrenos de la vieja prisión parece estar clara, y habida cuenta de la inevitable demolición de las instalaciones, quizá sea el momento de reclamar más que plantear la conservación de la fachada principal, de la que por cierto no se ha dicho, o al menos no ha trascendido, absolutamente nada acerca de su destino, y ensamblarla en el entorno.

La fachada del edificio fue y sigue siendo una de las referencias arquitectónicas de un barrio, y por lo tanto de la ciudad, que se configuró y desarrolló a raíz de instalarse allí a finales de los cincuenta y primeros de los sesenta el centro penitenciario, la cárcel, como se decía entonces. Sería un error grave hacerla desaparecer y el mejor momento de evitar lo que ha sucedido con otros elementos representativos de la arquitectura urbana como, por ejemplo, la fachada principal del viejo Campo de Deportes de San Andrés, que fue uno de los grandes errores cometidos por el gobierno municipal que ya entonces presidía el actual alcalde, con independencia de la significación histórica y lo que representaba, como anteriormente, cierto que en una etapa políticamente muy diferente, ocurrió con el emblemático edificio de Magisterio en el Espolón. Es solo la punta del iceberg de una serie continuada de desatinos.