SAN JUAN DE DUERO Y LOS TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS QUE SE ANUNCIAN

Zona de las excavaciones en San Juan de Duero en los años ochenta. Foto tomada en 2020 (Joaquín Alcalde)

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Se ha anunciado, al más puro estilo propagandístico barato y casposo –esta no sería una excepción-, como casi todo lo que se hace ahora cuando se trata de hacer saber, a bombo y platillo, en una especie de réplica de los pregoneros de antaño, que se va a emprender lo que sea, que el Ministerio de Cultura va a dar comienzo a los trabajos arqueológicos en el Monasterio de San Juan de Duero. Y no dice uno que no vaya a ser así porque no es experto no solo en este campo como tampoco en otros muchos aunque, eso sí, siga el día al día, faltaría más, pero no deja de ser oportuno refrescar en este preciso momento algo que ya publicó la prensa local hace la friolera de cuarenta y cinco años en torno a tan emblemático monumento y actuación semejante.

Fue entonces el diario local Campo Soriano, en la última  etapa de su vida, el que el martes 21 de abril de 1981, llevó en una de las páginas de dentro, la dedicada a la ciudad, perdido entre alguna otra nota remitida –sin relieve alguno, para entendernos-, un brevísimo texto de marcado corte oficial, a tenor de su redacción, que no nos resistimos a dejar de reproducir en su literalidad. Decía así: “”Excavaciones arqueológicas en el Monasterio de San Juan de Duero. Dentro del Plan de Excavaciones de Urgencia del Museo Numantino para el año 1981, y con motivo de examinar aspectos técnicos para la realización de un proyecto de restauración del Claustro de San Juan de Duero, se han efectuado durante los días 1 al 9 del actual mes de abril, excavaciones arqueológicas en uno de los lados del citado Claustro, bajo la dirección de don Carlos de la Casa Martínez (del Museo Arqueológico Nacional de Madrid) y don Elías Terés Navarro (colaborador del Museo Numantino),con el fin de obtener datos necesarios sobre su infraestructura. Se han realizado –añadía la nota- dos cortes, situados en la zona oriental, a ambos lados de los arcos. Hasta el presente, se han detectado once enterramientos de ”laja”, de filiación medieval. Su orientación es Este-Oeste y se encuentran dentro de una cuidada ordenación. Este examen también ha permitido la comprobación de las tierras en donde se asientan los cimientos de los arcos, que era uno de los puntos de la investigación. Una vez finalizados los trabajos –se dijo- se presentarán a través de la Delegación de Cultura y del Museo Numantino, el correspondiente informe a la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas para solicitar el presupuesto necesario que complete la labor arqueológica e iniciar la restauración de tan importante conjunto”.

Hecha la transcripción, que cada cual saque las conclusiones que quiera. Han pasado, como decíamos, más de cuarenta años y estamos en la casilla de salida. Lo de siempre.