EL ALJIBE DEL CASTILLO

La infrautilizada piscina del Castillo bajo la cual está el aljibe (Joaquín Alcalde)

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El Parque del Castillo ha sido tradicionalmente el hermano pobre de la ciudad. No hay más que reflexionar un momento para observar la evolución y el progresivo deterioro que ha sufrido, sobre todo en las últimas décadas, con intervenciones tan absurdas como pudiera ser, por ejemplo, la ampliación sucesiva del Parador de Turismo –una de las agresiones más graves perpetradas-, aun a pesar de que las sucesivas corporaciones, las de antaño y las de ahora, siempre lo hayan exhibido como como una de las banderas del ocio de la ciudad. La etapa actual, la que estamos viviendo, puede que se suponga un paréntesis por las actuaciones que se han acometido en los últimos tiempos, sobre las que habría que decir algo más. Es cierto que se ha hecho mucho pero todavía queda una buena tarea por delante. No perdamos la perspectiva.

En los años cincuenta el Parque del Castillo sufrió una repoblación forestal de calado, algunos –bastantes- de cuyos árboles se los han llevado por delante las obras de reconstrucción de la muralla. Fue entonces cuando el concejal Feliciano Hernández, más conocido como “El Pelegrín”, promovió un proyecto inédito hasta aquel momento, muy celebrado por cierto, que es del que sin entrar en otras consideraciones se ha estado viviendo, incluida la construcción de la piscina infantil, un tema por cierto no menor, y más a estas alturas, que cíclicamente lo mismo aparece que desaparece de la opinión pública.

En todo caso, hablar ahora del Parque del Castillo viene a cuento no tanto por la piscina ni siquiera por la restauración de la muralla como de una noticia sobre la que ya en su día –hace ahora cien años- los medios de entonces pasaron de puntillas y que parece oportuno traer a colación ahora. Nos vamos a referir al aljibe (cuando se conoció la noticia, aljibe escribía con “g”, y muy pocos sorianos han visto) que se encuentra exactamente debajo del vaso de la piscina para dejar constancia de su existencia. El periódico independiente La Voz de Soria dio la noticia del descubrimiento en su edición del 3 de junio de 1924: “Las excavaciones que se estaban practicando por cuenta del Ayuntamiento en el Castillo de Soria, con el fin de encontrar el antiguo algibe para utilizarlo como depósito de aguas [se refiere al existente junto al Parador de Turismo inaugurado en 1941], han tenido por fin feliz resultado. El algibe es amplio y abovedado. Todavía se no se ha descubierto en su totalidad. Celebramos tan feliz hallazgo”, dijo el periódico.

Pues bien, del aljibe poco, muy poco, por no decir nada, se ha hablado ahora. Una pena.