La droguería Patria, en la plaza de Herradores (Archivo Histórico Provincial)
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… Sin embargo, cuando en la ciudad se habla de droguerías, la referencia de las de antaño pasan necesariamente por las que responden a la denominación comercial de Patria y Moderna, porque ambas fueron exclusivamente eso, droguerías, y las dos sobradamente acreditadas.
La Moderna fue la última en cerrar, hace algunos años, aunque no tantos. Un anuncio publicitario en el programa de Fiestas de San Saturio de 1949, reproducido en la publicación “El Collado. Paseo comercial a pie de calle. Memoria y recuerdo”, editada por el ayuntamiento de Soria, con textos de María Jesús Arlegui Jiménez y Tomás Pérez Frías, puede dar idea de la actividad que desarrollaba. El texto es el siguiente: “Droguería MODERNA. Gral. Mola 69 – Teléfono 191 – Son conocidos sus productos por su extenso surtido y calidad. NO LO OLVIDE – VEN Y COMPARE “EL CARMEN”. Gral. Mola 71 – Todo aficionado a la pesca conoce su inmenso surtido y su calidad que no iguala- ¡HILATURAS DE TODAS CLASES AQUÍ LAS ENCONTRARÁS!”. Obviamente no era esta su única oferta porque también ofertaba productos clásicos de droguería y objetos de regalo.
La droguería Patria fue otra cosa. Por resumir, más versátil que se diría hoy, con un amplio catálogo de productos que iban, por no agotar la casuística, desde colonias y perfumes a gasolina y petróleo.
El local, ubicado en el número 7 de la plaza de Herradores (Ramón Benito Aceña es su denominación oficial, que no se olvide) con acceso también por la calle Numancia número 2, tiene su particular historia. Pues, en efecto, allí estaba a finales del siglo XIX el establecimiento de porcelana, loza y cristal de Santiago Gil Hernández y más tarde, ya en el pasado siglo XX, el servicio de automóviles y coches de alquiler de Gabriel Liso. Y con anterioridad a los dos que acaban de citarse, una oficina pública como era y sigue siendo el Registro de la Propiedad.
En el mes de enero de 1923 Clemente Valladares abrió en el local del que se está hablando “un nuevo establecimiento de Droguería “Patria” y Perfumería” con el propósito de “servir al público en condiciones conocidas hasta ahora en buen gusto y precios económicos”, dijo El Avisador Numantino. A partir de este momento comenzaron a abundar los promocionales en la prensa escrita, de tal modo que apenas dos semanas después de la apertura del negocio pudo leerse, en esta ocasión en La Voz de Soria, la información siguiente: “Droguería Patria de Clemente Valladares. Ocasión para comprar barato. Aceites para automóviles, grasas para carros, irrigadores, gomas, bragueros, fajas, ventrales, cepillería, brochería, alcohol de 96º, pinturas, esmaltes y barnices. Petróleo y demás artículos concernientes al ramo. Visitad el establecimiento con frecuencia”.
A partir del comienzo de la Droguería Patria se fueron sucediendo reclamos publicitarios, alguno que hoy se interpretaría, con muy probable seguridad, como un bulo más, de los muchos con que ahora se intoxica a diario a la población. Pues, en efecto, en un determinado momento –verano de 1936- el titular del establecimiento solicitó del ayuntamiento autorización para ”establecer un depósito de cerveza, y que se proceda a hacer una revisión de todos los depósitos existentes para ver si están de acuerdo con las Ordenanzas” municipales. Cuando no anuncios, como el siguiente: “Lo más interesante en la actualidad. Comprar barato “alumbrado muy económico (pidan detalles y catálogo”, en clara referencia al carburo, “materiales completo para pesca. Eléctrico y Fotográfico. Los mejores aceites para engrases de coches, camiones y motores para toda clase de industrias. Nitratos. Drogas y perfumería en general”. O la solicitud de autorización administrativa a la Delegación de Industria de la Provincia “para instalar una caldera para la destilación de plantas aromáticas, en este término municipal”, que le fue concedida y funcionó en la margen izquierda del río Duero, en la Pradera de las Bailas, como es bien recordado por los mayores de la ciudad. E incluso para que se tuviera conocimiento público de que el dueño de la Droguería Patria era el representante para la provincia de “La providencia de España”, una ”Cooperativa de Capitalización, Crédito y Construcciones”, inscrita en el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
No es cosa de seguir extendiéndose acerca de la actividad que se ejercía en tan emblemático comercio de la ciudad aunque no estará demás señalar, con el fin de que no haya duda del local que ocupaba la Droguería Patria, que el establecimiento estuvo instalado donde funciona ahora el bar Latino, en la plaza de Herradores, uno de tantos de los que hay abiertos en un entorno en el que antaño no había más que comercios al uso, excepción hecha de los bares Imperial (cerrado hace años) y Apolonia, remodelado hace algún tiempo.