El cine Ideal durante un concierto de la Asociación Musical Olmeda-Yepes (Archivo Histórico Provincial)
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La Asociación Musical Olmeda-Yepes fue una entidad que dejó huella en la vida cultural de la ciudad en la segunda mitad de los cincuenta. Porque, en efecto, el nacimiento de una entidad de estas características no sometida, al menos directamente, a las directrices del oficialismo suponía un soplo de aire fresco, como en realidad lo fue. El 8 de noviembre de 1955 en el entonces Instituto de Enseñanza Media –el único que había en la capital-, que no era sino el actual Antonio Machado, nacía la Asociación Musical Olmeda-Yepes impulsada por un grupo de sorianos con un perfil definido nada sospechosos de ser afectos al Régimen, a no ser alguno en particular, que lo había y con cargo orgánico en el Movimiento incluido que mantuvo durante años. José Antonio Pérez-Rioja fue el primer presidente, por aquel entonces director de la Biblioteca Pública y de la naciente Casa de Cultura cuando las instalaciones se encontraban ubicadas todavía en la plaza Mayor, en el edificio que ocupa en la actualidad el Archivo Municipal. Con José Antonio Pérez-Rioja, Francisco Roncal Gonzalo (Vicesecretario de Educación Popular y más tarde Delegado Provincial de Información y Turismo) como vicepresidente, Francisco García Muñoz (director de la Banda Municipal de Música) en el puesto de Secretario, y los vocales Alejandro Navarro (director del Instituto de Enseñanza Media), Heliodoro Carpintero (Inspector de Escuelas), Ricardo Apráiz (director del Museo Numantino) y el músico Oreste Camarca, asumieron la responsabilidad de poner en marcha y dar los primeros pasos para que la naciente entidad cultural pudiera abrirse paso en la cerrada sociedad soriana. Su actividad se centró en la programación de conciertos de música clásica que durante años estuvo desarrollándose de manera regular con más que notable éxito de público. De tal manera, que a los dos meses mal contados de haber quedado formalmente constituida la asociación tenía lugar el primero. Fue el guitarrista Narciso Yepes –un enamorado de Soria, en la que actuó en repetidas ocasiones, incluido el Otoño Musical Soriano- el encargado de ofrecer en el coqueto cine Ideal el 1 de febrero de 1956 el primer concierto que se quiso hacer coincidir con la inauguración de la Casa de Cultura –ya se ha dicho que todavía en la plaza Mayor- como complemento de la efeméride. Cedido por la empresa de los Hermanos Carnicero, que era la que explotaba las salas de cine de la ciudad, el Ideal, al final de los soportales del Collado, en la acera del Casino bajando a la plaza Mayor, aunque con entrada por la calle de San Juan, acabó siendo el improvisado auditorio en el que cada mes tenía lugar el anunciado concierto de la Asociación Musical Olmeda-Yepes. El aforo de quinientas localidades resultaba insuficiente en tanto que la convocatoria terminó siendo un acto social con los habituales corrillos en el vestíbulo en el intermedio y el inevitable chismorreo. Sea como fuere, por el escenario del cine Ideal pasaron una nómina interminable de quienes con el transcurso del tiempo serían destacadas figuras de la música clásica; desde un joven violinista de 18 años llamado Enrique García Asensio, luego reputado director de orquesta, hasta el que medio siglo después sería creador y alma mater del Otoño Musical Soriano, Odón Alonso, al frente de la Agrupación de Solistas de Madrid.