Etiqueta de la lejía La Soriana, muy demandada en la época (Archivo Histórico Provincial)
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Se lleva años hablando de la revitalización del comercio tradicional, con tanto peso en la economía de los sorianos y tan fuertemente arraigado.
El problema, no obstante, no es nuevo. Hace décadas ya existía inquietud semejante, es decir, que el comercio también se promocionaba pero lo hacía de manera diferente pues no se disponía de los medios ni de las técnicas de que puede utilizar en la actualidad.
Sin emisora de radio local y, ni mucho menos, televisión, que aún tardaría en llegar, era el único medio escrito que se editaba en la capital el portavoz del comercio o actividad que fuera mediante la inserción de la correspondiente propaganda localizada en fechas muy concretas del año no tanto con la pretensión de lanzar o dar a conocer un producto determinado como por tradición y, si se quiere, compromiso. Pero aun no saliendo más que un medio existía otro tipo de fórmulas capaces de producir impacto. La más utilizada en la época era la publicación de monográficos, a modo de guías propagandísticas de la provincia, de marcado carácter oficialista, por lo general con motivo de las fiestas locales, y en particular de las de San Juan, buena parte de ellos dedicados a la publicidad.
Si se tiene la curiosidad de hojear uno de ellos, por ejemplo la revista editada bajo el título SORIA 1946 en los Talleres tipográficos de la Casa de Observación, podrá encontrarse con un anuncio del “Escultor F. Barral. Marmolista. Arte funerario. Fuentes 14 duplicado”, otro de la “Fábrica de gaseosas y Agua de Seltz Ricardo Blasco. Avenida de Valladolid, 15. Soria”, y a continuación el de “Joaquín Jorge (Recauchutados Soria). Reparación de toda clase de gomas. Avda. de Navarra, 1 – Teléfono 55. Soria”, o el de “Ultramarinos finos. Especialista en Quesos, Mantecas y Embutidos. Manuel Ruiz Esteban. Plaza de Ramón B. Aceña, 12 – Teléfono núm. 125 – Soria”. Naturalmente no podía faltar un espacio para la empresa editora de la publicación, es decir, la “Casa de Observación. Talleres tipográficos. Libros. Folletos. Impresos de arte. Toda clase de trabajos de imprenta. Caballeros, 27 – Apartado 60 – Teléfono 119. Soria”, como tampoco para otro tipo de establecimientos o actividades como el “Bar Cervantes. Campo, 2 – Soria. Julián Sánchez Blázquez (El aceitunero)” que promocionaba la “Cerveza Fresca – Exquisitos vinos [y un] Esmerado Servicio de mostrador”, si es que no la “Chacinería” del mismo titular en la “Plaza de Abastos, cajón núm. 11 – Soria”, en la que ofrecía productos como “Lomos, embuchados, jamones, toda clase de chacinería de libre contratación [y la] Especialidad en quesos”, o la “Academia de Corte y Confección [de la] Profesora Carmen García y García” publicitando que confeccionaba “toda clase de ropa de Señora y niños a precios económicos [en] Caballeros, 2-1º derecha – Soria”.
A través de la repetida guía, podía saberse igualmente que la “Oficina Jurídico-Informativa y de reclamación a ferrocarriles, integrada por personal especializado, viene demostrando desde su fundación, la enorme ventaja que para los señores industriales reportan sus servicios, habiendo reclamado a la RENFE sumas considerables por excesos de portes, así como solucionado infinidad de reclamaciones por roturas, averías, faltas de mercancía, dejes de cuenta, etc., todas ellas sin gravar en absoluto a los usuarios del ferrocarril que, sin distraer tiempo alguno y libres de las preocupaciones propias entregan sus asuntos a la Oficina de Reclamaciones instalada en la calle de Caballeros, 12-2º, teléfono 351”, pudiéndolo hacer también en las sucursales de Burgos, León, Valencia, Aranda de Duero, Calahorra y Calatayud. O que, en fin, la Caja General de Ahorros y Préstamos de la Provincia de Soria contaba con sucursales en Burgo de Osma, Almazán y Ágreda y que concedía préstamos al 3, 4 y 4,50 por ciento anual. Es sólo una pequeña muestra.
Etiqueta de lejía La Soriana, muy demandada en la época (Archivo Histórico Provincial)
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Se lleva años hablando de la revitalización del comercio tradicional, con tanto peso en la economía de los sorianos y tan fuertemente arraigado.
El problema, no obstante, no es nuevo. Hace décadas ya existía inquietud semejante, es decir, que el comercio también se promocionaba si bien lo hacía de manera muy diferente, pues no se disponía de los medios ni de las técnicas de que se dispone en la actualidad. Llegados a este punto se hace preciso señalar que sin emisora de radio local y, ni mucho menos, televisión, que aún tardaría en llegar, era el único medio escrito que se editaba en la capital el portavoz del comercio o actividad que fuera mediante la inserción de la correspondiente propaganda localizada en fechas muy concretas del año no tanto con la pretensión de lanzar o dar a conocer un producto determinado como por tradición y, si se quiere, compromiso. Pero aun no saliendo más que un medio había otro tipo de fórmulas capaces de producir impacto. La más utilizada en la época era la publicación de monográficos, a modo de guías de la provincia, de marcado carácter oficialista, por lo general con motivo de las fiestas locales, y en particular de las de San Juan, buena parte de ellos dedicados a la publicidad. Si se tiene la curiosidad de hojear uno de ellos, por ejemplo la revista editada bajo el título SORIA 1946 en los Talleres tipográficos de la Casa de Observación, podrá encontrarse con un anuncio del “Escultor F. Barral. Marmolista. Arte funerario. Fuentes 14 duplicado”, otro de la “Fábrica de gaseosas y Agua de Seltz Ricardo Blasco. Avenida de Valladolid, 15. Soria”, y a continuación el de “Joaquín Jorge (Recauchutados Soria). Reparación de toda clase de gomas. Avda. de Navarra, 1 – Teléfono 55. Soria”, o el de “Ultramarinos finos. Especialista en Quesos, Mantecas y Embutidos. Manuel Ruiz Esteban. Plaza de Ramón B. Aceña, 12 – Teléfono núm. 125 – Soria”. Naturalmente no podía faltar un espacio para la empresa editora de la publicación, es decir, la “Casa de Observación. Talleres tipográficos. Libros. Folletos. Impresos de arte. Toda clase de trabajos de imprenta. Caballeros, 27 – Apartado 60 – Teléfono 119. Soria”, como tampoco para otro tipo de establecimientos o actividades como el “Bar Cervantes. Campo, 2 – Soria. Julián Sánchez Blázquez (El aceitunero)” que promocionaba la “Cerveza Fresca – Exquisitos vinos [y un] Esmerado Servicio de mostrador”, si es que no la “Chacinería” del mismo titular en la “Plaza de Abastos, cajón núm. 11 – Soria”, en la que ofrecía productos como “Lomos, embuchados, jamones, toda clase de chacinería de libre contratación [y la] Especialidad en quesos”, o la “Academia de Corte y Confección [de la] Profesora Carmen García y García” publicitando que confeccionaba “toda clase de ropa de Señora y niños a precios económicos [en] Caballeros, 2-1º derecha – Soria”.
A través de la repetida guía, podía saberse igualmente que la “Oficina Jurídico-Informativa y de reclamación a ferrocarriles, integrada por personal especializado, viene demostrando desde su fundación, la enorme ventaja que para los señores industriales reportan sus servicios, habiendo reclamado a la RENFE sumas considerables por excesos de portes, así como solucionado infinidad de reclamaciones por roturas, averías, faltas de mercancía, dejes de cuenta, etc., todas ellas sin gravar en absoluto a los usuarios del ferrocarril que, sin distraer tiempo alguno y libres de las preocupaciones propias entregan sus asuntos a la Oficina de Reclamaciones instalada en la calle de Caballeros, 12-2º, teléfono 351”, pudiéndolo hacer también en las sucursales de Burgos, León, Valencia, Aranda de Duero, Calahorra y Calatayud. O que, en fin, la Caja General de Ahorros y Préstamos de la Provincia de Soria contaba con sucursales en Burgo de Osma, Almazán y Ágreda y que concedía préstamos al 3, 4 y 4,50 por ciento anual. Es sólo una pequeña muestra.