TALA DE ÁRBOLES EN EL CASTILLO

La Fuente de los Leones cuando estuvo en el Castillo (Archivo Histórico Provincial)

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El Parque del Castillo ha vuelto al primer plano de la actualidad local. En esta ocasión por la que algunos sectores han dado en llamar tala indiscriminada de árboles que el equipo de gobierno municipal socialista ha justificado amparándose en el paraguas de la legalidad administrativa y en la aportación de un nuevo recurso turístico en el marco de la recuperación de las murallas además de anunciar la elaboración de un plan paisajístico para mantener el equilibrio del entorno.

A este respecto, y antes de seguir adelante, no estará de más subrayar que la última gran plantación de arbolado en el Parque del Castillo la acometió el ayuntamiento en los primeros años cincuenta cuando el conejal responsable de montes era Feliciano Hernández, más conocido como “El Pelegrín”, y alcalde de la ciudad Eusebio Fernández de Velasco.

Dicho lo cual, quizá tampoco sobre hacer algo de historia acerca del que sin duda ha sido una especie de “cajón de sastre”, al menos en los últimos ochenta años. Pues si en los primeros cuarenta se construía la carretera de acceso y se inauguraban los nuevos depósitos de abastecimiento de agua,  algunos años después se construía la caseta para ubicar en ella los equipos técnicos de la mítica Radio Soria –habilitada en los últimos tiempos como biblioteca de verano- y la casa del guarda, y por aquel entonces también la piscina infantil. Sin solución de continuidad –ya en 1957- comenzaron las obras del nuevo depósito –el circular- y se ubicó al final del paseo central la “Fuente de los Leones” tras un largo debate para buscarle acomodo. El 16 de noviembre de 1966 el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, inauguraba el primitivo Parador de Turismo hasta llegar al despropósito del actual, del que nadie –o muy pocos- dijeron absolutamente nada, como tampoco de los cercanos contenedores para la basura que se genera  en el establecimiento que siguen ahí bien visibles. Y alguna actuación más que se haya podido quedar en el camino.

Todo ello sin entrar para nada en el descuido casi permanente, en ocasiones rayando el abandono, de un espacio no todo lo visitado y disfrutado que fuera de desear a pesar de los atractivos que ofrece. Por eso bienvenido sea el plan anunciado por el ayuntamiento, que ojalá no se quede en eso, en una promesa más de las muchas que nunca llegan a cumplirse. Los sorianos sabemos bastante de este tipo de historias hasta el punto de estar escarmentados.