Edificio de la Casa de Observación en la calle Alberca (Alberto Arribas)
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Anunciar el alcalde la ciudad que existe un preacuerdo para adquirir el edificio de la calle Alberca, anejo al Palacio de Alcántara, que oculta, dice el primer edil, el paño más importante de la muralla en el tramo urbano, y comenzar a decirse y escuchar auténticas barbaridades del inmueble en cuestión, fruto sin duda de la ignorancia y del desconocimiento de la ciudad de los que tienen la obligación de informar ha sido cuestión de un abrir y cerrar de ojos.
Conviene decir de entrada para evitar cualquier equivoco que el edificio de la Casa de Observación nunca fue hospicio. Que quede bien claro. Fue otra cosa relacionada, eso sí, con los menores, pero jamás hospicio, que para más datos se encontraba y llevaba ya bastantes décadas funcionando en lo que fue Convento de la Merced dependiente de la Diputación Provincial.
La Casa de Observación y Reforma de menores delincuentes y abandonados del Tribunal Tutelar de Menores de Soria, de la calle Alberca, conocida por los sorianos como el reformatorio o el correccional, se creó en diciembre de 1940 y se inauguró el 1 de abril de 1941, fecha emblemática del Régimen pues el Primero de Abril se conmemoraba el Día de la Victoria, el final de la Guerra.
Por la Casa de Observación, reformatorio o correccional, como se prefiera, pasaron en el transcurso de los años infinidad de menores (varones) de 9 a 16 años que recibían atención religiosa atendida por un párroco, cultural a cargo de maestro nacional y un instructor y contaban para la formación profesional con talleres propios de varias disciplinas, siendo quizá el más conocido de las artes gráficas instalado en uno de los bajos del Palacio de Alcántara, con entrada por la calle Caballeros, donde se editó el diario Duero del Movimiento desde su aparición en 1942 hasta que dejó de salir en octubre de 1945, y más tarde el trisemanario Campo Soriano. La imprenta de la Casa de Observación cerró en 1963 pero el establecimiento continuó funcionando hasta que la Constitución Española de 1978 modificó la jurisdicción especial de menores y una Ley Orgánica de 1985 supuso la desaparición de las Casas de Observación y otros establecimientos auxiliares.
Y un par de datos más. Nombres que especialmente se recuerdan por su vinculación y trabajo en la Casa de Observación son el del sacerdote catalán Demetrio Gómez Aguilar [don Demetrio para los sorianos de entonces, que saben bien de quién se habla], organista de la todavía colegiata de San Pedro, y el polifacético Miguel Moreno, que ejerció en ella de maestro –su profesión- y uno de los últimos directores del establecimiento, acaso el último.