La actual plaza de Mariano Granados en una imagen de los primeros años cincuenta (Archivo Histórico Provincial)
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En este particular recorrido que estamos haciendo por la Soria de antaño partimos hoy de la antigua “plaza del Chupete” (la actual de Mariano Granados), que tomó este nombre por la fuente que se instaló en el centro y del chorro de agua que salía planteada en el proyecto de la ordenación de que fue objeto en los años veinte del siglo pasado, que llevó consigo la construcción de una zona ajardinada, la instalación de farolas, bancos e incluso evacuatorios subterráneos. Un rincón entrañable este de la plaza del Chupete cuya recuperación pudo siquiera valorarse antes de tomar la decisión de construir el controvertido parquin. Con anterioridad se llamó plaza de la Fuente del Campo y por poco tiempo del General Yagüe, por el monumento erigido en los años cincuenta en recuerdo del militar de San Leonardo, de tal manera que por aquel entonces los sorianos la conocimos como la plaza del Monumento.
Pegada a esta de Mariano Granados –su nombre oficial- está la antigua “de la Leña”, así llamada porque en tiempos era a ella a la que muy de mañana acudían los vendedores de los pueblos próximos para colocar en el mercado la leña que sacaban del monte. La plaza de la Leña se llamó hasta 1860 del Arco de Rabanera (una de las puertas de acceso a la ciudad cuando estaba amurallada) y desde 1922 de Ramón y Cajal, el nombre oficial que sigue conservando. Para situarnos y que no quede un resquicio de duda, se trata del espacio donde estuvo el Hotel Las Heras y en la década de los cincuenta se levantó la Oficina de Turismo, demolida hace unos años, cuyo solar acoge ahora esa moderna maqueta de la ciudad.
Muy próxima también se encuentra la plaza de Herradores, de Prim durante la primera República y desde 1899 oficialmente de Ramón Benito Aceña, que es el nombre que conserva aunque sean contados los que la llaman por él y sí por el común de Herradores, un entorno antaño comercial reconvertido en zona de bares y de encuentro.
Y ya que de plazas se está hablando, no puede faltar la de Abastos, de Bernardo Robles –anteriormente de Teatinos- en la terminología oficial por la que no son demasiados los que la conocen. La Plaza de Abastos fue construida a principios del pasado siglo XX si bien ha sido objeto de varias modificaciones, la última está muy reciente pues el último día del mes de marzo de 2017, acaban de cumplirse cinco años, se inauguraba el nuevo mercado, acerca de cuyo edificio se han escuchado opiniones para todos los gustos, la mayoría no solo no favorables a la nueva construcción sino también como constatación de una barbaridad urbanística más que añadir a las muchas a que en los últimos tiempos se tiene acostumbrado a los sorianos puede que como consecuencia de las sucesivas mayorías absolutas socialistas en el gobierno del municipio, eso que tanto ansían los políticos sea cual sea el partido que los sustente para ver hechas realidad sus ocurrencias, que muchas veces son eso, no dejan de ser caprichos sin más.