La Plaza de los Jurados con el hotel Comercio a la derecha y enfrente el teatro-cine Avenida (Archivo Histórico Provincial)
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Los hoteles Comercio y el Las Heras fueron durante décadas leyenda viva de la ciudad y sus instalaciones testigo de un buen pedazo de la reciente historia de Soria, la que no está escrita, que a la postre es la que más interesa y mejor define cotidiano.
Hace ya muchos años que cerró el Hotel Comercio pero el nombre de tan representativo establecimiento continúa perviviendo en la memoria de los sorianos. No importa que del viejo edificio se conserve únicamente la fachada y que incluso cuando se acometió la remodelación se levantara una planta más. Para cualquier referencia que tenga que ver con las dependencias, viviendas o instalaciones que ocupan el inmueble nuevo sigue siendo pero que muy válida la de Hotel Comercio, y si se quiere precisar algún otro detalle hasta el de Marfil, un café de los de antes instalado en los bajos con fachada a las dos calles, es decir a las que se conocen como Plaza de los Jurados de Cuadrilla y Plaza de Ramón y Cajal, en lenguaje soriano de La Leña.
El Hotel Comercio, el típico hotel de capital de provincia, fue una institución y una verdadera referencia de la ciudad. En sus comedores ni se sabe los banquetes de bodas que se sirvieron; por sus dependencias pasaron un sinfín de personajes (toreros, artistas, etc.) y viajeros sin más, y a sus balcones se asomaron lo mismo los sucesivos predicadores de los sermones de las Siete Palabras la mañana del Viernes Santo, que los ciclistas de un equipo profesional italiano en pelotas al finalizar la etapa de un Gran Premio Marca, y hasta algún famoso presentador de radio del momento que vino a entregar un premio a un soriano que lo había ganado en un concurso radiofónico. Hasta un Gobernador al cesar y marcharse de Soria quiso despedirse de los sorianos desde uno de los balcones centrales de la fachada principal.
Casi pegado, el Hotel Las Heras –remodelado no hace tanto, que funciona con otro nombre- completaba la oferta de prestigio con que contaba la ciudad. Éste puede que tuviera respecto del otro templo de la hostelería el aura de una consideración social diferente y hasta superior si se quiere, pero el grado de arraigo popular era muy semejante si es que no idéntico. Con su cierre, bastante tiempo después que el Hotel Comercio, se ponía fin a una etapa de la Soria de siempre. En cualquier caso, los sorianos que se van haciendo mayores siguen refiriéndose como si tal cosa al rincón del Hotel las Heras para situar cualquier localización en el entorno más próximo.
Al comienzo de los años cincuenta abría el hotel Florida, junto a la Alameda de Cervantes, que en aquel tiempo supuso una aportación importante a la modernización de un sector que llevaba tiempo anclado. Que lo inaugurara el Gobernador Jesús Posada Cacho, refleja la importancia que tuvo la iniciativa. El Hotel Florida, en el que a su cierre se instaló la Comisaría de Policía, pasó a convertirse en el establecimiento de moda. Alrededor de quince años después entró el funcionamiento el Parador de Turismo. Cinco más tarde el Alfonso VIII y el Leonor y enseguida el Caballero, que cerró algunos años más tarde. Pero ya no fue igual. El tipismo era historia desde hacía tiempo.