Los Cocherones de Obras Públicas (colección de Tomás Pérez Frías)
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Uno de los lugares de la Soria de antaño bien recordado por los sorianos son los Cocherones de Obras Públicas, cuyas instalaciones de la carretera de Valladolid acogían el parque y taller, en el solar en que se levantó la estación de autobuses. Como asimismo los Prados Bellacos, algo más arriba aunque al otro lado de la citada carretera –ahora avenida- de Valladolid, hasta no hace tantos años un descampado más cuyas fincas de labor se cultivaban.
El paraje de los Prados Bellacos ha pasado a ser en no muchos años uno más de los modernos barrios de la ciudad que continúa extendiéndose hacia Los Royales y se está potenciando al dotársele de servicios como la nueva Comisaría de Policía que se está construyendo detrás del Parque de Bomberos, muy cerca también de la Comandancia de la Guardia Civil y del nuevo hospital privado ubicado en el Camino de Los Royales.
En la misma avenida de Valladolid, al final, a la derecha saliendo de la ciudad, poco antes de llegar a la que los sorianos llamamos glorieta del Caballo Blanco, donde está el supermercado Lidl, no debe olvidarse la tejera que hubo allí y que con su demolición dio paso a la ordenación de la zona y al nuevo complejo urbano, del que tomó el nombre. Era esta la tejera de Restituto Gutiérrez, Otra instalación de este tipo estuvo ubicada en la carretera de Logroño, nada más salir de la ciudad, poco antes de la conocida como cuesta de Las Casas, de la que se conserva el edificio si bien cesó en la actividad mucho años antes –décadas- que la del final de la avenida de Valladolid, reconvertida en un funcional espacio urbano.
Y en la parte opuesta de la ciudad, bajando a La Rumba por el Camino de los Toros, junto a la Central Lechera, la Huerta de la Muerte es otro de los parajes de los de toda la vida, desde hace años degradado sobre todo después de la construcción y puesta en funcionamiento de la maloliente depuradora de residuales, que todavía tiene al lado, y la derivada del embalse de Los Rábanos, otro de los despropósitos de antaño con el que tienen, tenemos, que cargar los sorianos.