PARAJES Y LUGARES DE LA SORIA DE ANTAÑO Y DE AHORA (y VII)

El molino, «el molinete», una construcción emblemática del río Duero a su paso por la ciudad (Joaquín Alcalde)

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El río Duero es una de las señas de identidad de la ciudad. Y si bien es cierto que durante décadas los sorianos no lo disfrutaron como lo habían hecho tradicionalmente las generaciones precedentes, las obras en las márgenes y, en general, la recuperación del entorno con la dotación de nuevos servicios, han posibilitado que en la actualidad sea una de las zonas más concurridas y por lo tanto frecuentada en cualquier época del año.

De tal manera que topónimos que parecían olvidados, si es que no desconocidos para los sorianos, han vuelto a tomar notoriedad porque no en balde son parajes lo suficientemente atractivos como para frecuentarlos y disfrutarlos ante la menor oportunidad que se presenta.

Solo hace falta un pequeño ejercicio de memoria para que uno traiga al recuerdo el Soto Playa; el lavadero de lanas, en el paseo de San Prudencio, rehabilitado hade algunos años y sin uso que se le conozca, que no conviene confundir con el que en los años cincuenta se construyó y, no sin polémica, llegó a entrar en funcionamiento en la calle Francisco de Ágreda, junto a la antigua Escuela de Magisterio; el molinete –antiguo molino-, junto al puente de piedra, a la derecha, saliendo de la ciudad, cuyo deteriorado edificio todavía está en pie; y tomando como referencia el el recién citado puente de piedra, aguas arriba, el incomparable Pereginal, los tres escalonas, el Peñón, la playita, y todavía más arriba, antes de llegar al puente de la Variante, Peña Grajera, un paraje al que no hace tantos años el acceso no aera precisamente fácil, de ahí que acudieran a él quienes para darse el obligado baño diario disfrutaran con la práctica del nudismo, y todavía más arriba Peñamala, un sitio de muy difícil acceso, menos frecuentado incluso que el que acaba de indicarse.

Pues bien, de todas ellos podía escribirse un muy amplio tratado porque este tramo, hasta poco prácticamente desconocido, da para bastante más que para estas mal hilvanadas líneas que vienen a completar el apresurado recorrido que hemos venido haciendo estas últimas semanas en torno a lo que hemos dado en llamar “Parajes y lugares de la Soria de antaño y de ahora”, sobre los que merecería la pena profundizar, porque material hay más que suficiente a poco interés que se tenga por abordar el propósito de semejante tarea.