EL CULEBRÓN DEL EDIFICIO DEL BANCO DE ESPAÑA (I)

La plaza de San Esteban antes de su remodelación en los primeros años cuarenta (Archivo Histórico Provincial)

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Lo del edificio del Banco de España es lo más parecido al cuento de nunca acabar si es que no una tomadora de pelo por más que ahora parezca que va en serio, sin posibilidad de vuelta atrás. Veremos a ver si esta vez es la definitiva porque de incumplimientos y de cambios de criterio sabemos aquí para dar y tomar.

El Banco de España cesó en su actividad el 31 de diciembre de 2002. En marzo de 2007, cinco años después, se habilitó la primera planta del edificio para, parecerá curioso, acoger una exposición temporal de fotografía. Y durante tres años se mostraron alrededor de una veintena de exposiciones de primer nivel que convirtieron este espacio en un referente cultural para la ciudad. O al menos eso es lo que se dijo.

Siempre a vueltas con la fotografía y el paisaje, en noviembre de 2010, la Ministra de Cultura del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero anunció solemnemente en su visita oficial a Soria que el Banco de España albergaría el Centro Nacional de Fotografía, integrado en la Red de Museos, y compartiría instalaciones con las oficinas del Catastro, después de que un par de meses antes la Subsecretaria del Departamento avisara de que el inmueble albergaría el Museo de la Historia de la Fotografía y Paisaje.

En este sentido parecía ir el futuro del edificio porque en marzo del  año siguiente -2011- se presentaba el proyecto del Centro Nacional de Fotografía, que se instalaría en el Banco de España. Se dijo entonces que las obras de adecuación del edificio costarían cuatro millones de euros y durarían dos años, al tiempo que se anticipaba que al Centro de Fotografía se accedería por la entrada principal y que se abriría otra para las dependencias administrativas.

No fue, sin embargo, hasta finales de febrero de 2012 cuando se iniciaron las obras, que un año después –enero de 2013- se paralizarían para resolver –se dijo- una incidencia técnica en la confianza de reanudarlas en el mes de septiembre siguiente, algo que ciertamente no llegó a ocurrir pues hubo elecciones generales y, lo que es peor, cambio no solo de gobierno, que hubiera sido lo de menos, sino también del partido que lo sustentaba.

Gobernaba ya el Partido Popular cuando un buen día del mes de octubre de 2014, en plenas fiestas de San Saturio, para ser precisos, sale a la palestra la Subdelegada del Gobierno, María José Heredia, y oficializa la sospecha generalizada de que el edificio del Banco de España no acogería el Centro Nacional de Fotografía, como se había dicho y publicitado, y a mayor abundamiento soltó sin pensárselo dos veces que ella ya lo sabía desde un par de años antes cuando tras tomar posesión puso los asuntos pendientes al día. El anuncio de la representante del Gobierno de la Nación en la Provincia vendría acompañado del vallado perimetral del inmueble, pues no conviene olvidar que las obras seguían paralizadas.

Se está, por tanto, ante una nueva fase que arranca en mazo de 2015 con la declaración del Delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano –del PP- , cuando en una visita a Soria se permite proclamar para sorpresa de todo el que quiere oírle que el Banco de España no tiene un uso definido, subrayando con rotundidad que el Centro de Fotografía “nunca se tuvo en cuenta de forma real”.

Y en pleno verano de aquel 2015 aparece en escena el alcalde de Soria, el socialista Carlos Martínez, y a modo de reto no tiene el menor empacho en desvelar que el edificio tendrá un uso administrativo pues, según él, las previsiones del Gobierno de la Nación pasan por ubicar en él unidades de la Subdelegación del Gobierno, que apenas un mes después, a mediados de septiembre, confirmará la propia Subdelegada anticipando que el edificio del Banco de España lo ocupará la Subdelegación y el actual edificio de esta en la calle Alfonso VIII, la Comisaría de Policía. Y hasta  se permite contraatacar al primer edil municipal conminándole a que las instalaciones del antiguo CUS (Colegio Universitario) tengan un uso cultural. En el cruce de declaraciones Carlos Martínez, alcalde de la ciudad y Secretario General de los socialistas sorianos, le replica para zanjar el asunto, al menos de momento, que el PSOE paralizará el proyecto si gana las Elecciones Generales previstas para el mes de diciembre de ese mismo año.

En todo caso, el resumen de todo esto es que había quedado atrás ese rosario acerca de los diferentes usos que se habían manejado para el edificio en los trece años que se llevaba ya con esta historia: subsede del Museo del Prado, sede del Instituto Cervantes, sede de la Fundación Antonio Machado, programa del Prado Itinerante, Museo de la Historia de la Fotografía y del Paisaje, subsede del Centro Nacional de Artes Visuales, Centro Nacional de Fotografía, Centro de la Dieta Mediterránea y Museo de Arte Contemporáneo. Y puede que alguna más, que se haya pasado por alto.

Lo curioso de todo este asunto es que las obras para adecuación del inmueble a las necesidades del que se dijo iba a ser sede del Centro Nacional de Fotografía y del Catastro seguían paralizadas desde enero de 2013. Lo confirmó oficialmente el Ministerio de Hacienda tres años después –en 2016- coincidiendo, o no, con la decisión de la empresa concesionaria de las obras de remodelación del edificio de retirar el último vestigio –la grúa- de las obras que se abandonaban a medio hacer. Y para que el asunto se complicara todavía más, surgió una dificultad añadida: la empresa constructora había rescindido el compromiso que tenía con la Administración por un error -se argumentó- en el proyecto inicial, lo que en la práctica abocaba a iniciar un nuevo procedimiento de licitación y su siempre complicada secuencia.