EL BANCO DE ESPAÑA

 

BANCO DE ESPAÑA (2). AHPSo 3536 (2)

El edificio del Banco de España, en la plaza de San Esteban, en una imagen de los años cuarenta del pasado siglo XX (Archivo Histórico Provincial)

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El 31 de diciembre del año 2002 cerró sus oficinas y cesó en la actividad la sucursal del Banco de España en Soria, del mismo modo que en otras nueve capitales de provincia. Concluía un ciclo que el banco estatal había iniciado en Soria a finales del siglo diecinueve, exactamente en 1887, cuando se estableció en un edificio de alquiler situado en la plaza de los Condes de Gómara número tres, frente al palacio que le daba nombre. Con el cierre de sus oficinas, el banco estatal, que fue la primera entidad bancaria que se estableció aquí, concluía una larga etapa de su historia y de la ciudad. Desde entonces se está mareando la perdiz de qué hacer con el inmueble, uno de los más emblemáticos de la arquitectura civil soriana hasta el punto de que bien entrado en el año 2017, está ahí. Muerto de risa.

Durante los casi quince años que lleva cerrado se han podido escuchar infinidad de los posibles usos a que podría dedicarse, según de quien viniera la propuesta, idea o globo sonda, que de todo ha habido. El último destino que se le ha adjudicado es el de sede de la Subdelegación del Gobierno en contra del criterio del Ayuntamiento dela capital, que sigue luchando con buen criterio por que tenga uso cultural. Con anterioridad se desechó convertirlo en una extensión del Museo del Prado; en alguna ocasión se pensó que podría acoger el Museo de la Ciudad –había que crearlo, porque no existe- o incluso la tan traída y llevada Casa de los Artistas, sin olvidar las dependencias de una extensión, o como técnicamente se llame, del Instituto Cervantes, de lo que también se habló lo suyo, si es que no del Museo de la Fotografía y de la oficina del Catastro. Todo, como es bien sabido, quedó en nada. Así es que en esas estamos.

El Banco de España fue durante muchos años el estandarte de las entidades financieras en Soria. Instalado, en su última etapa, para el periódico El Noticiero en “el mejor edificio de Soria”, en la entonces Plaza de la República, hoy de San Esteban, en la que abrió sus dependencias al público el lunes 24 de febrero de 1936. Un espacio privilegiado junto a la Diputación Provincial y al viejo y destartalado caserón de la Jefatura de Obras Públicas, derribado para levantar en su solar la sede central de la Caja Rural a raíz de que fuera desalojado a finales de los años sesenta del siglo pasado cuando se produjo el traslado al Alto de la Dehesa. En el ecuador de los años cincuenta se construyó la Delegación de Hacienda, que a su vez abandonaba las obsoletas dependencias que ocupaba en el Palacio de los Condes de Gómara. Sin entrar en más detalles, el entorno presentaba obviamente un aspecto muy diferente al de hoy.

En cualquier caso, del edificio del Banco de España quedará para siempre el recuerdo perenne de su majestuosidad, y de modo especial la fachada principal, que según observa la doctora Montserrat Carrasco García “recuerda la organización de un templo clásico”, y en una faceta bastante más prosaica la infinidad de detalles y anécdotas con que haya podido quedarse cada cual, pero sobre todo la novedad de las puertas giratorias, que fueron un elemento de distinción junto a las de otros edificios públicos como Correos y Hacienda, y las pavesas que de vez en cuando revoloteaban por las plazas aledañas, señal inequívoca -se decía en la calle- de que se había procedido a la destrucción de billetes de papel que habían quedado fuera de circulación.