LA CASA DE LOS JODRA

 

Le emblemática casa de los Jodra en la plaza de Bernardo Robles (Joaquín Alcalde)

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Hace unos días hemos conocido que el Ayuntamiento de la ciudad ha otorgado licencia para reformar uno de los edificios emblemáticos de la capital en la en tiempos llamada plaza de Teatinos y desde hace muchos años de Bernardo Robles, que así se denomina oficialmente por más que rara vez se haga referencia a ella por su nombre de pila e incluso no falte quien tenga que pensarlo cuando quiere citarla según aparece en el callejero. Estamos hablando, obviamente, de la plaza de Abastos y del edificio conocido por los sorianos, por las generaciones veteranas, como la «casa de los Jodra», la situada en el rincón, la de las galerías y miradores, una de las construcciones más emblemáticas y representativas de la ciudad de la época.

La profesora Monserrat Carrasco estudia con detalle el inmueble en su obra «Arquitectura y urbanismo en la ciudad de Soria. 1876-1936». Y recuerda que fue construido al final de los años veinte del pasado siglo XX (en 1928) según el proyecto del arquitecto municipal Ramón Martiarena, que lo redactó para Antonio Jodra, en la plaza de Bernardo Robles,5, para subrayar seguidamente «que una vez más [la construcción] nos muestra el arraigo que en la fría capital soriana llegaron a tener galerías y miradores» y añadir que «cuando la casa se encontraba en construcción, se decidió modificar la fachada, sustituyendo los balcones a la plaza por un mirador corrido, de pletinas metálicas, que se convertiría en el elemento definitivo de este singular edificio».

Pues bien, al cabo de los años -casi noventa- el edifico sigue suscitando cuando menos la curiosidad de los visitantes si es que no también la de los mismísimos sorianos a poco que se detengan a contemplarlo o sencillamente recordarlo. El edifico siempre estuvo destinado a viviendas particulares no así sus bajos que durante muchos años lo ocuparon las Destilerías Rivera, una acreditada empresa de licores de marca soriana.

Un dato más para concluir este breve apunte. El inmueble contiguo, el que con la casa de los Jodra configura el ángulo del rincón, que acaba de ser demolido para levantar en el solar resultante un hotel -es lo que se ha dicho-, no deja de tener también su particular historia, no tanto desde su valor arquitectónico -que acaso la tuviera-, al haber vivido en él el abad Gómez Santa Curz, «el señor abad» en el lenguaje de los sorianos de la primera mitad del siglo XX, en cuya murió en 1949, uno de los personajes de aquella Soria que merecería ser estudiado.