EL TREN TALGO EN SORIA

Fachada principal de la estación del Cañuelo, a la que llegó el tren Talgo (Joaquín Alcalde)

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De insuficiencias ferroviarias, como de tantas otras carencias, llevamos hablando en Soria décadas, un día sí y otro también. Y, sin temor a equivocarnos, seguiremos. Por eso no deja de ser, cuando menos curioso si es que no sorprendente además de desconocido para la mayoría de los sorianos de hoy, lo que vamos a contar a continuación.

Los hechos no acontecieron un 28 de diciembre, pues de haber sido así podría haber sido una de las muchas inocentadas que en que tan señalada fecha se gastaban en la época. Fue real. Pues, en efecto, a las doce menos veinte de la mañana del 2 de febrero del año 1950, señaló con precisión el periódico oficialista de la época Campo [Soriano] –la única cabecera que se publicaba en la capital-, llegó a la Estación de Cañuelo, en aquellos años conocida como la Estación Nueva para no confundirla con la desaparecida de San Francisco, que era la Vieja, el tren TALGO; es decir, se trataba del no va más, lo más parecido al actual AVE, salvando las enormes diferencias. Cómo sería y qué publicidad se le dio al momento, en realidad un acontecimiento en el rutinario latir de la vida de la ciudad aquellos años, que cuando el convoy llegó a la estación estaban esperándole más de dos mil personas. Todo, para poco más de diez minutos que fueron los que estuvo parado el tren en el andén, antes de continuar la ruta hacia Castejón y Pamplona, y dejar a los sorianos con una cara de asombro, por decirlo suavemente, que no podían con ella. Obviamente semejante tren no volvió a circular por aquí aunque sólo fuera para promocionar su utilización como sucedió la vez que se acaba de señalar.