LOS MOZOS Y LAS MOZAS DE CUADRILLA Y LOS CACHIRULOS

Mozos y mozas tirando de la maroma (dibujo de José Alfonsetti publicado en la revista Sol y Sombra)

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Estos días, como cada año, por estas mismas fechas se celebra en la ciudad un taller para enseñar la confección de cachirulos.

A este respecto resulta ilustrativa una antigua tradición (menor), que se remonta cuando menos al siglo XIX, según la cual con muchísima antelación a las fiestas de San Juan se reunían unos cuantos amigos y designaban la Cuadrilla en la que debían entrar  “mozos” para lo cual era indispensable pedir la maroma al Jurado, y una vez concedida esta procuraban que sus novias, hermanas y mozas de la Cuadrilla entraran también a formar parte de la reunión, lo que según los cronistas de la época, se conseguía fácilmente, pues se trataba  solo de divertirse honestamente (sic) y a esto siempre ha estado dispuesta la gente joven.

De tal manera, que mozos y mozas en alegre camaradería escotaban para confeccionar el cachirulo que había de lucir el toro de su Cuadrilla en la Corrida del Viernes. Además, en las Cuadrillas que no había dulzaineros los mozos organizaban las rondallas de guitarras y bandurrias.

La noche que precedía al Sábado Agés se pasaba en continuo bailoteo hasta altas horas de la madrugada y desde esa hora hasta despuntar el día, momento en el que enmaromar el toro para correrlo por las calles, se entretenían en aporrear las puertas de la calle de todas las casas para que los vecinos las abrieran por ser los portales el único salvavidas de aquella célebre mañana de los toros enmaromados.

Dicho esto, conviene recordar, para evitar cualquier equívoco, que el festejo de los toros enmaromados había dejado de celebrarse, por prohibición gubernamental, en 1908, y que esta tradición que acaba de contarse había desparecido mucho antes del simulacro de los años 1948 y 1949  que patrocinaron al alimón el alcalde de la ciudad, Mariano Íñiguez García, y su amigo, el Gobernador y Jefe Provincial del Movimiento Jesús Posada Cacho, que le había precedido en el sillón de la Casa Consistorial.