CUANDO EL FREIBURGER JUGÓ EN SORIA

Cartel anunciador del partido (Libro «90 años de fútbol en Soria», de Carmelo Pérez Fernández de Velasco)

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No hace mucho leíamos en un periódico local un artículo titulado “Freiburg, ejemplo de desarrollo sostenible” firmado por un conocido activista de la cosa, entiéndase del desarrollo sostenible, que nos llamó especialmente la atención no tanto por el contenido de la información como porque el equipo titular de fútbol de esa ciudad alemana, el Freiburger, viajó hace muchos años a Soria para jugar un partido amistoso frente al Numancia. El próximo 26 de junio hará la friolera de sesenta y cinco años, pues fue en 1953 cuando se disputó aquel encuentro que en nuestra ciudad constituyó un verdadero acontecimiento e hizo historia.

Corría la primavera de 1953. Al entonces Gobernador López Pando, llegado a Soria en los primeros meses del año 1952 con el fin de relevar a Jesús Posada, padre del actual e incombustible político del PP, que se marchaba a Burgos para hacerse cargo del Gobierno Civil de aquella provincia, no se le ocurrió otra cosa que pretender imponer determinados cambios en los «usos y costumbres» de las Fiestas de San Juan, cuyo resultado fue aquella protesta popular del «Lunes de bailas», 29 de junio, que terminó como el «rosario de la aurora», de la que a la menor oportunidad que se presenta solemos sacar los sorianos que la vivimos a colación.

Las vigas de madera del viejo coso taurino del ferial y la excesiva carga que tenían que soportar -la plaza se llenaba hasta arriba sobre todo el «Viernes de toros» por la tarde-, era un problema que preocupaba a los prebostes de aquellos años. Y para evitar el «entradón», nada mejor que programar un partido de fútbol que coincidiera con el festejo vespertino.

Dicho y hecho. El 26 de junio de 1953 fue «Viernes de toros» y para las seis y media se anunció un partido -«el primero internacional que se celebra en Soria», decía el cartel- frente al conjunto alemán del Freiburger. El precio de las localidades fue de cinco pesetas, la general; dos cincuenta, la media general y una peseta la entrada infantil. Cinco pesetas también costó la tribuna cubierta, tres pesetas la descubierta y dos pesetas, la delantera general.

Y el Freiburger, «un gran equipo de la Alemania Occidental, uno de los más viejos clubes practicantes del clásico fútbol de centro Europa», se anunciaba, venció (1-3) en el viejo San Andrés a un Numancia reforzado con jugadores que habían defendido sus colores en temporadas precedentes. A los 12 minutos de partido, se adelantó Faber en el marcador; a los 30, Pinón, aumentó la ventaja de los alemanes, y ya en el segundo tiempo, Almaraz, a los 15 minutos, de penalty, logró el único tanto soriano; el tercer gol del Freiburger, llegaría en el minuto 25, marcado por Fangmann. Arbitró el soriano, José Luis Refoyo, y la alineación del Numancia fue la siguiente: Núñez, Vidal, Manín, Paco, Clemen, Vázquez, Moñux, Lolo, Manzanares, Eduardo y Bujanda. También jugaron Ruiz, Faustino, Arias, Brígido y Almaraz.

Esta es la pequeña y resumida historia de aquel partido frente a un combinado alemán, que volvería a repetirse tres años después, aunque en este caso fuera el Grundig Fuerth el rival y la fecha el 6 de mayo de 1956. Por cierto, de entonces data la conocida anécdota del conjunto alemán de que se desplazó hasta el yacimiento arqueológico de Numancia en el convencimiento de que el campo en que se iba a disputar el partido estaba allí.