VIERNES SANTO

La procesión de las Siete Palabras a su paso por la plaza de San Esteban (Archivo Histórico Provincial. Fondo Lafuente Caloto)

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Si la reforma profunda -una revolución en toda regla que cambió por completo las costumbres tradicionales- de las celebraciones penitenciales se produjo en el año 1956 como consecuencia de la implantación del nuevo orden litúrgico, aquí, en Soria, desde hacía una década se estaban acometiendo ya iniciativas renovadoras. De tal manera que, por ejemplo, en 1947 la Cofradía del Santo Entierro  hacía un llamamiento a los sorianos pidiendo su colaboración especial para el mayor esplendor de la misma. A tal efecto, anunciaba que previo el consentimiento de las autoridades de la iglesia y con el apoyo material del Ayuntamiento, la procesión del Viernes Santo se vería enriquecida en el ya citado año 1947 con un nuevo «paso» consistente en la imagen de Jesús Crucificado que se veneraba en la iglesia de El Salvador para la que el artista soriano, Blas Casas, construyó unas andas, decoradas por el pintor también soriano Antonio Cruz.

Por otra parte, aquel mismo año -1947- se anunciaba que los banzos y faroles del paso de la Virgen de la Soledad serían llevados por fieles encapuchados para lo cual «don Manuel Hernández, don Francisco Perlado, don Eugenio Mateo (hijo) y don Felipe del Amo», se ofrecieron a costear de su peculio particular los capuchones y túnicas que, por primera vez usarían el día de Jueves Santo en la Procesión del Silencio -entonces salía al atardecer- con la advertencia expresa de que sólo podían formar parte de ella «hombres única y exclusivamente», uniéndose en la plaza de Herradores con la cofradía del Ecce Homo, procedente de la iglesia de Santo Domingo, que a su vez se juntaría con la del Cristo de la Piedad al bajar por la calle Numancia, frente a la iglesia del Salvador, de donde habría partido esta última.

En cualquier caso, las novedades no se quedaron ahí porque al año siguiente, o sea 1948, en la procesión del Viernes Santo (la del Santo Entierro, no había otra), lucirían túnicas nuevas las figuras representativas de las 12 tribus y los portadores de los faroles de las Siete Palabras, unas y otras con valiosos cordones, del mismo modo que ceñidores nuevos suprimiendo las cuerdas que se venían utilizando para este fin. En la Semana Santa del año 1953 se registraba, en fin, otra novedad importante pues por vez primera se transmitía en directo por la emisora local Radio Soria, la entrañable Estación Escuela número 2 del Frente de Juventudes, que había comenzado a emitir en pruebas el día de Todos los Santos de 1952, la predicación de los sermones de las Siete Palabras la mañana del Viernes Santo por el canónigo bibliotecario de la todavía Colegiata, Jacinto Jimeno, propietario y director del semanario católico Hogar y Pueblo  (luego Soria-Hogar y Pueblo) que todavía salía en la capital de la diócesis.